Curaduría:
Violeta Tavizón

 

LAS DOS CASAS MUSEO


El Gobierno del Estado de Puebla, la Secretaría de Cultura de Puebla y el Gobierno Municipal de Xicotepec 2018-2021, en el marco del aniversario lucturoso de Venustiano Carranza abrirá en 2020 dos museos, en Xicotepec y en Tlaxcalantongo.

Ambos espacios se proponen como vínculos mediadores para dar a conocer a los diferentes públicos, el legado de Carranza, sus últimos días de vida y su magnicidio. Así también, se pueden apreciar acervos de imágenes de la Fototeca Nacional del INAH vinculados al Barón de Cuatro Ciénegas; y una colección muy especial de fotografías antiguas inéditas de Xicotepec; la reproducción de la choza donde el presidente fue asesinado; algunos objetos que hacen alusión a la vida privada del caudillo.

A partir de una mirada museológica, Carranza se vislumbra como un hombre de recio carácter que luchó por sus ideales, y que hasta el final, defendió lo que él consideraba correcto.

 

 

Museo Casa Carranza


El Gobierno del Estado de Puebla, la Secretaría de Cultura del Estado de Puebla, el Museo Casa Carranza dependiente del Instituto Nacional de Antropología e Historia, y el Gobierno Municipal de Xicotepec 2018-2021, presentan en el marco del centenario del Aniversario Luctuoso de Venustiano Carranza, este museo en el que se exhiben diversos materiales, objetos y relatos, que abordan las últimas horas de la vida del ilustre personaje.

El 21 de mayo de 1920, Juan Córdova y Gómez y su familia, recibieron en su casa a los médicos que llevaron a cabo la autopsia del mandatario. En este sentido, el Museo Casa Carranza tiene la misión de preservar la memoria de aquellos hechos, que hace un siglo marcaron el rumbo político de nuestro país y una coyuntura histórica en Xicotepec. Así también se ha destinado un espacio para conocer el vasto patrimonio cultural inmaterial y material del municipio, que al día de hoy continúa vivo.

Foto 1: Venustiano Carranza
Autor Guillermo Kahlo
1917
Secretaría de Cultura-Fototeca Nacional - INAH

 

 

El Barón de Cuatro Ciénegas


Venustiano Carranza Garza nació en Cuatro Ciénegas, Coahuila, el 29 de diciembre de 1859, en el seno de una familia vinculada a la política, ya que su padre ocupó el grado de coronel de Guardia Nacional durante la guerra de Reforma. A la temprana edad de 15 años, viajó a la Ciudad de México para estudiar en la Escuela Nacional Preparatoria.

Tiempo después, en Cuatro Ciénegas, comenzó a participar activamente en la política a partir de 1887, alcanzando paulatinamente cargos como presidente municipal, diputado local, senador y gobernador de Coahuila. Para la primera década de 1900, se unió a Francisco I. Madero y a los grupos antirreeleccionistas. Tras la muerte de Madero, en 1913 con la llegada al poder de Victoriano Huerta, Carranza proclamó el Plan de Guadalupe, un manifiesto a la nación en el que se desconocía la autoridad y legitimidad del gobierno de Huerta. De ahí que fue designado Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, logrando sumar a diferentes facciones que lograron derrocar a Victoriano Huerta, el 15 de julio de 1914.

El 1 de mayo de 1917 asumió el cargo como presidente constitucional de México.

Foto 2: Venustiano Carranza desciende del tren presidencial
Archivo Casasola
1915
Secretaría de Cultura-Fototeca Nacional – INAH

 

 

1920, un año electoral


En 1919, durante el periodo electoral, Carranza buscó imponer a Bonillas por todos los medios a su alcance. Mientras tanto, en Sonora surgían una serie de tensiones entre los gobiernos del estado y el federal por el uso de aguas en el Río Sonora. Al considerar que se violaba la soberanía del estado, el gobernador Adolfo de la Huerta decidió levantarse en armas a través del Plan de Agua Prieta, en el que desconocía a Carranza como presidente.

El antimilitarismo de Carranza chocó con las ambiciones políticas de los generales Álvaro Obregón y Pablo González, destacados caudillos del Ejército Constitucionalista. Ambos, al ver la negativa del presidente para apoyarlos, decidieron lanzarse a la lucha electoral como candidatos de oposición.

En el Plan de Agua Prieta, publicado el 23 de abril de 1920, se instaba al pueblo a levantarse en armas en contra del presidente; en los días siguientes más generales se adhirieron al plan. Al verse abandonado por la mayoría del ejército, Carranza decidió cambiar el lugar de su gobierno, e irse de la Ciudad de México a Veracruz, en donde su yerno, el general Cándido Aguilar era gobernador. El presidente, el Congreso de la Unión, la Suprema Corte de Justicia, con sus familias, el tesoro de la Nación y las tropas, salieron el 7 de mayo en un convoy con dirección a Veracruz.

Foto 3: Venustiano Carranza
1920
Secretaría de Cultura-Fototeca Nacional - INAH

 

 

La Columna de la Legalidad


El convoy presidencial que salió de la Ciudad de México el 7 de mayo de 1920 con dirección a Veracruz, fue llamado “Columna de la Legalidad”, que no sólo estaba compuesta por la veintena de vagones que trasportaban documentos, objetos, materiales de oficina, dinero y personal; también la Columna de la Legalidad representaba alegóricamente a todos aquellos allegados, hombres de confianza de Venustiano Carranza.

Al llegar a la estación de la pequeña localidad poblana de Aljibes, los trenes fueron detenidos y destruidas algunas de las vías férreas. Este levantamiento obligó al presidente y a algunos de sus hombres a seguir el camino hacia Veracruz a caballo, cruzando la sierra poblana.

Foto 4: Carros con equipaje en una estación de ferrocarril
Archivo Casasola
1920

 

 

Tlaxcalantongo, el destino final


El 20 de mayo, parte de la Columna de la Legalidad liderada por el presidente, llegaron a Patla, en donde el general Rodolfo Herrero, originario de Zacatlán, se presentó ante Carranza poniéndose a sus órdenes. El general de la comitiva presidencial, Francisco de P. Mariel, garantizó a Carranza la fidelidad de Herrero, quien propuso pernoctar en Tlaxcalantongo.

Rodolfo Herrero dejó a Venustiano Carranza y a su comitiva, en Tlaxcalantongo. El presidente, después de cenar, durmió junto con cinco de sus hombres en un jacal. La noche era oscura y lluviosa, alrededor de las 3:30 horas, el 21 de mayo de 1920, el clamor de los disparos provocó la muerte del presidente. Sus últimas palabras las dirigió a Aguirre Berlanga quien estaba a su lado, cuando sintió el disparo en la pierna y le dijo: “Licenciado, ya me rompieron una pierna”.

Carranza recibió cuatro disparos que le provocaron ocho heridas. De acuerdo a los testimonios de Manuel Aguirre Berlanga e Ignacio Suárez, todas las heridas fueron producidas por disparos hechos desde el exterior de la choza; Francisco L. Urquizo aseguró que el presidente había sido rematado adentro del jacal por los hombres de Rodolfo Herrero.

Foto 5: Carranza rumbo a Tlaxcalantongo
Archivo Casasola
Mayo de 1920
Secretaría de Cultura-Fototeca Nacional – INAH

 

 

La patria es impecable y diamantina


Después de la muerte de Venustiano Carranza, Villa Juárez quedó inserto en la Historia de México. Los lugares tienen su propia memoria, y el actual Museo Casa Carranza, antiguo hogar de los Córdova Valderrábano no es la excepción. Xicotepec no sólo es importante por este hecho que marcó una coyuntura en la historia del municipio, sino también por la propia historia personal de los xicotepenses; así como por el patrimonio cultural tangible e intangible que ha formado la identidad de generaciones. Durante el recorrido por el museo, en la última sala, a través de relatos visuales, escritos y testimonios orales, el visitante conocerá más sobre la vida privada de Venustiano Carranza y descubrirá algunos aspectos de la riqueza patrimonial de Xicotepec y sus habitantes.

Foto 6: Representación teatral
1918
Fotografía de Manuel M. Márquez
Colección fotográfica resguardada por la tercera y cuarta generación de la familia Córdova Valderrábano

 

 

La casa de los Córdova Valderrábano


Testimonio de Laura Fosado Santamaría

“Las comunicaciones no permitían saber en qué condiciones había llegado el presidente al municipio de Villa Juárez: si venía derrocado o huyendo. Después de haber sido acribillado, cuando el cuerpo fue llevado a Xicotepec, el presidente municipal no sabía si aceptarlo en la presidencia, y mientras decidían, el cuerpo estaba tendido en el piso en una pariguela. Al ver esta escena, a don Juan Córdova no le pareció; según decía mi abuelita Otilia Córdova, su padre dijo: mi casa está abierta para el señor presidente. Levantaron el cuerpo y lo llevaron a su casa, lo colocaron en la base de una cama, pero al ser don Venustiano un hombre muy alto, no cupo. Trataron de colocarlo en la mesa de la cocina, pero tampoco cabía; al moverlo hacia otra mesa, ésta comenzó a rechinar y mi abuelita dijo: ¡no, se va a caer!, pues platicaba ella que era un hombre muy corpulento.

Entonces, mi bisabuelo pidió que quitaran todo del comedor y ahí lo colocaron, en esa mesa le practicaron la autopsia. Mi abuelita Otilia, quien tenía apenas diecisiete años, asistió a los médicos con todo lo que necesitaban: agua, bandejas, ropa de cama y sábanas. Para mi abuelita fue un gran trauma, fue un hecho que marcó su vida. La impresionó ver sitiada su casa por los militares, con la incertidumbre de no saber si llegarían a atacar la casa por tener ahí al finado presidente.

En la parte de atrás de la casa, en el sótano que da hacia la actual calle Ofelia Galindo y que en aquel entonces se le conocía como Sal si puedes; se adaptó el espacio como un hospital para atender a los soldados heridos.

Contaba mi abuelita que la estatura del presidente le impactó pues nunca había visto a una persona tan alta. Se sorprendió del despliegue militar y de cómo jamás, ni siquiera en la autopsia, dos hombres que estaban heridos, se separaron de Carranza.

La gente del pueblo vino a la casa a velar el cuerpo, llevaron cirios y rezaron varios rosarios. Don Juan Córdova jamás se imaginó que una parte de su casa se convertiría en un museo”.

Foto 7: Funeral de Venustiano Carranza en Xicotepec
Archivo Casasola
Mayo de 1920
Secretaría de Cultura-Fototeca Nacional - INAH

 

 

Los dueños de la casa


Testimonio de Laura Fosado Santamaría

Doña Felicitas Valderrábano fue la única hija del matrimonio Valderrábano López, los dueños de la casa en la que actualmente está el Museo Casa Carranza. Ella era una mujer muy guapa, de ojos color lila y cabello pelirrojo. Su padre era un agricultor muy prolífico y querido, que tenía plantíos de tabaco y café. Doña Felicitas, aprendió de su primer esposo el arte de la farmacopea y posteriormente abrió una botica. Cuando se casó con don Juan continuó con el negocio. Tuvo cuatro hijos, la mayor fue Otilia Córdova Valderrábano, quien asistió a los médicos que realizaron la autopsia al presidente Carranza.

Foto 8: Doña Felícitas Valderrábano López Colección fotográfica resguardada por la tercera y cuarta generación de la familia Córdova Valderrábano

Don Juan Córdova y Gómez nació en Zacualtipán, Hidalgo, y muy joven se mudó a la Ciudad de México para estudiar. Fue contador público y trabajó en una tienda departamental como encargado de los embarques que llegaban de Europa a Tampico. Cuando iba a recoger la mercancía a Tampico para llevarla a la Ciudad de México, uno de los lugares de paso era Villa Juárez, durante sus viajes, conoció a Felicitas Valderrábano con quien finalmente se casó y formaron una familia.

Foto 9: Don Juan Córdova y Gómez
Colección fotográfica resguardada por la tercera y cuarta generación de la familia Córdova Valderrábano

 

 

El primer funeral de Carranza


Durante la mañana del 22 de mayo, desde Villa Juárez se escucharon cañonazos cada media hora, en honor al fallecido Carranza que resonaron en Tlaxcalantongo. Carpinteros del pueblo construyeron rápidamente un ataúd de ocote donde se colocó el cuerpo del presidente. La caja se cubrió con una bandera y se le rodeó de flores. En la misma casa de los Córdova Valderrábano se realizó un funeral, la plaza de armas se llenó de gente, todas las casas tenían luto en sus puertas, los soldados se colocaron un lazo negro en el brazo izquierdo y se levantó el acta de defunción asignándole el número 86. La tristeza invadió a Xicotepec.

Foto 10: Funeral de Venustiano Carranza en Xicotepec
Archivo Casasola
Mayo de 1920
Secretaría de Cultura-Fototeca Nacional - INAH

 

 

La fotografía de la autopsia de Venustiano Carranza a través de la mirada de Manuel M. Márquez


La lente de Manuel M. Márquez sirvió para registrar la vida cotidiana de Xicotepec: las costumbres, la moda, la gastronomía, las familias y los paisajes. Se sabe que, de una placa, Márquez imprimió alrededor de veinte fotografías. Una de las imágenes más conocidas de Márquez, fue la que captó en el momento posterior a la autopsia de Carranza.

La nieta del fotógrafo, Maricela Márquez Gómez, menciona que su abuelo se fue a vivir a la Ciudad de México. En el centro, cerca de la Alameda, ingresó primero a un taller de zapatería donde aprendió el oficio; posteriormente llamó su atención un taller de fotografía, en donde conoció la profesión que marcó su vida. Las anécdotas familiares cuentan que fue tan buen zapatero, que en 1895 le confeccionó un par de zapatos a doña Carmen Romero Rubio, esposa del entonces presidente Porfirio Díaz.

El trabajo fotográfico de Márquez, actualmente nos permite conocer Villa Juárez durante la época en la que Carranza tuvo una vida política activa en la Ciudad de México. Se sabe que Manuel M. Márquez fue quien realizó esta famosa fotografía en la que los médicos rodean el cuerpo de Carranza, después de haberle realizado la autopsia.

Foto 11: Médicos que le practicaron la autopsia al cadáver de Venustiano Carranza
Manuel M. Márquez
Archivo Casasola
Mayo de 1920
Secretaría de Cultura-Fototeca Nacional - INAH

 

 

Los restos de Venustiano Carranza


Aquí se resguarda la urna en la que se encuentran restos de los órganos vitales de Venustiano Carranza. Así también, el conjunto está rematado por un busto en bronce del Varón de Cuatro Ciénegas.

El 4 de febrero de 1942, durante el gobierno de Manuel Ávila Camacho, los restos fueron exhumados e incinerados y el 5 de febrero, depositados en una de las columnas del Monumento a la Revolución. Parte de las cenizas fue llevada al Museo dedicado a Carranza en Xicotepec. Sin embargo, un frasco que contenía el corazón, el hígado y el bazo del presidente, permaneció en la tumba de Carranza en el Panteón de Dolores en la Ciudad de México.

Foto 12: Museo Casa Carranza, Xicotepec de Juárez

 

 

Entrevista a Laura Fosado Santamaría


Preocupada de manera permanente por la recuperación del patrimonio cultural tangible e intangible de Xicotepec, Laura Fosado Santamaría ha dedicado gran parte de su vida a luchar por el rescate tanto de la memoria de este municipio, como por el de su familia. Es de profesión Licenciada en Administración de Empresas, pero desde pequeña ha vivido rodeada de historia. A temprana edad, su abuelita, Otilia Córdova Valderrábano, le compartió muchas de las anécdotas vinculadas a la casa que actualmente ocupa el Museo Casa Carranza. Gracias a la historia oral recuperada a través de sus relatos, se ha podido reconstruir el pasado de este inmueble.

Desde hace algunos años, dirige el programa Vigías del Patrimonio Cultural, agrupación dependiente de la Secretaría de Cultura y que tiene como objetivo formar jóvenes en el reconocimiento y la valoración cultural de sus municipios. A través de este programa y de otras acciones, Laura ha colaborado con distintas instancias de gobierno, en eventos enfocados al rescate de las tradiciones, la valoración de las artesanías y la gastronomía.

Así también dedica tiempo a confeccionar textiles con diferentes técnicas, haciendo incluso tutoriales que se suben a sus redes sociales, con la intención de difundir y capacitar a distintas personas del país. A través de sus testimonios, Laura nos abre la ventana de la intimidad de su familia, para conocer, a través de las vivencias de sus antepasados, la historia de esta casa, de quienes la habitaron, y de Villa Juárez.

Foto 13: Laura Fosado Santamaría