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VICENTE GUERRERO
(1782-1831)

El 10 de agosto de 1782, en el pueblo de Tixtla del actual estado de Guerrero, nació Vicente Ramón Guerrero Saldaña. La familia del futuro caudillo se dedicó a la arriería, como muchas otras de esa zona.

Su actividad como arriero -transportando mercancías como cacao, algodón y artículos asiáticos que llegaban de Filipinas- le permitió a Guerrero conocer caminos recónditos de la sierra sureña, así como establecer diversos vínculos sociales que más tarde le serían útiles para su labor insurgente.

En 1811, Guerrero se sumó a las filas de la insurgencia que encabezaba José María Morelos y Pavón, sirviendo bajo las órdenes directas de Hermenegildo Galeana. Entre 1811 y 1815, se destacó por su valor en combate contra las tropas realistas y por su habilidad de liderazgo.

Después de la captura y del fusilamiento de Morelos y de la consecuente desarticulación del gobierno insurgente, Guerrero se mantuvo en pie de guerra contra las autoridades españolas desde las montañas del sur hasta el mes de febrero de 1821, cuando pactó con Agustín de Iturbide para juntos consumar la independencia de la Nueva España.

Conocedor de los acontecimientos políticos más importantes del mundo hispánico, Guerrero entendió que el levantamiento liberal de 1820 contra el rey Fernando VII era una buena coyuntura para ganarse el apoyo de las fuerzas realistas que veían con recelo al gobierno constitucional. En agosto de 1820 intentó, sin éxito, pactar una alianza con el realista Carlos Moya. Los superiores de Moya, incluido el virrey Juan Ruiz de Apodaca, tuvieron conocimiento de este acercamiento, por lo que es probable que Iturbide haya tenido noticias sobre su buena disposición para negociar la consecución de la independencia.

Vicente Guerrero dejó poca evidencia de sus ideas políticas durante la insurgencia porque fue un hombre de escasa instrucción formal, aunque sí sabía leer y escribir. Su ideario da cuenta de la importante influencia que Morelos tuvo en él, sobre todo en su obstinación por mantener la rebelión para independizar a la Nueva España. En una carta que le envió a Iturbide fechada en 20 de enero de 1821, el caudillo suriano escribió: "todas las naciones del universo están independientes entre sí, gobernadas por los hijos de cada una, sólo la América depende afrentosamente de España, siendo tan digna de ocupar el mejor lugar del teatro universal".

En esa misma carta, Guerrero explicó que la desigualdad imperante entre españoles peninsulares y americanos fue el motivo principal de la insurrección, problema que algunos intentaron resolver durante las reuniones de las Cortes de Cádiz. No obstante, las solicitudes de los americanos no fueron escuchadas por los diputados peninsulares.

Por otra parte, el héroe insurgente fue crítico de la legislación española producida por las Cortes, sobre todo en lo referente a la extensión de la ciudadanía. La Constitución de 1812 señaló en su artículo 22 que los individuos "reputados por originarios de África" tendrían restricciones para ser considerados ciudadanos, pues sólo podrían reconocerse como tales aquellos que "hicieren servicios calificados a la patria, o a los que se distingan por su talento, aplicación y conducta".

Como es sabido, al igual que la mayoría de los habitantes de las costas del Pacífico, Guerrero era afrodescendiente; por ello, buscó resolver la cuestión de la ciudadanía plena durante sus negociaciones con Iturbide, logrando que el Plan de Iguala reconociera a los americanos, africanos y asiáticos como ciudadanos del Imperio Mexicano.

En última instancia, los escasos textos producidos por el líder insurgente dan cuenta de su absoluto convencimiento sobre que el gobierno español no reconocería la igualdad entre americanos y europeos ni mucho menos otorgaría autonomía al nuevo mundo, y esta convicción explica su intransigencia en mantener la lucha armada durante años.

Hacia 1821 Guerrero era consciente de la imposibilidad de conseguir la independencia mediante la lucha armada, por consiguiente, respaldó el plan de Agustín de Iturbide, que garantizó la independencia absoluta. A cambio aceptó que se invitara a Fernando VII a encabezar el gobierno mexicano. Renunció también al modelo republicano que había sostenido Morelos y otros insurgentes.

Al consumarse la independencia, Iturbide buscó apartarlo de la Corte imperial, nombrándolo comandante de la capitanía general del Sur. Con esta medida se reconoció de facto la autonomía de esta región consolidad durante la insurgencia.

La defensa de la autonomía sureña convirtió a Guerrero en un partidario del federalismo, pues rechazó los cargos públicos en la ciudad de México y prefirió refugiarse en su tierra natal para defender los intereses de sus paisanos.

Durante el Imperio de Iturbide, se opuso al régimen monárquico y secundó los pronunciamientos a favor del establecimiento de un sistema republicano

Tanto Iturbide como la clase política que lo rodeaba vieron siempre con desdén a Guerrero, además de considerarlo como un peligro para su proyecto político. Sin embargo, en 1828 figuró como candidato a la presidencia, pero perdió las elecciones contra Manuel Gómez Pedraza. La situación desembocó en el Motín de la Acordada, que influyó en el Congreso para anular las elecciones y designar, en 1829, a Guerrero como presidente de la Republica y al general Anastasio Bustamante como vicepresidente.

Durante su mandato presidencial, decretó la abolición de la esclavitud y combatió el intento de reconquista española encabezada por el general Isidro Barradas. Además, tuvo que hacer frente a un levantamiento encabezado por el vicepresidente Bustamante; la rebelión fue exitosa y el 4 de febrero de 1830, el Congreso determinó que Guerrero estaba incapacitado para gobernar.

Entonces se retiró a Tixtla y después se internó en la sierra del sur para aislarse de la política nacional. No obstante, sus enemigos no dejaron de perseguirlo y le tendieron una trampa. En enero de 1831, un marino genovés llamado Francisco Picaluga lo invitó a conferenciar a bordo de una embarcación. Picaluga arrestó a Guerrero y lo trasladó a Huatulco, donde lo entregó a sus enemigos.

El 14 de febrero de 1831, el héroe suriano fue fusilado en el convento de Cuilápam, Oaxaca, tras ser enjuiciado por actitudes anticonstitucionales y traición a los principios nacionales.

 
 
 
 
 
 

Bibliografía

Ávila, Alfredo, "La presidencia de Vicente Guerrero, en Will Fowler, coord., Gobernantes Mexicanos, t. 1, México, FCE, pp. 77-96.

Cartas de los señores generales D. Agustín de Iturbide y D. Vicente Guerrero., 1821. Disponible aquí

Constitución política de la monarquía española, 1812. Disponible aquí

Hernández Jaimes, Jesús, "Vicente Guerrero" en Diccionario de la independencia de México, México, UNAM, 2010, pp. 62-65.

 
 

Galería Fotográfica

 

Anacleto Escutia, "Vicente Guerrero", 1850, Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, INAH.

 
 

"General Vicente Guerrero", en Vicente Riva Palacio, México a través de los siglos: Historia general del desenvolvimiento social, político, religioso, militar, artístico y literario de México desde la antigüedad más remota hasta nuestros días, México, 1866, Ballescá y Comp., t. III.

 
 

Ramón Sagredo, "Abrazo de Acatempan", 1870, Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, INAH.

 
 

Leandro Izaguirre, "Vicente Guerrero", siglo XIX, Colección Museo de Historia Mexicana.

 
 

Ramón Sagredo, "Vicente Guerrero", 1865. Palacio Nacional. Presidencia de la República.